Microrregiones y mancomunidades municipales: nuevas formas de gestión del territorio.

Abstract

En El Salvador, la gestión asociada de los territorios a través de microrregiones y mancomunidades municipales ha abierto en los últimos años un camino para superar la fragmentación territorial. Se trata de agrupamientos voluntarios de dos o más municipalidades que se unen dentro de determinado perímetro territorial para resolver problemas comunes, ofrecer mejores servicios a la población, velar por los intereses de su jurisdicción territorial o impulsar procesos de desarrollo integral. A la vez, estas asociaciones aportan un nuevo enfoque de desarrollo territorial que busca el mejor aprovechamiento de los recursos endógenos a fin de incrementar las oportunidades para la población a través del trabajo concertado y coordinado entre las autoridades municipales, los demás actores locales, las autoridades nacionales y los organismos de cooperación que se encuentran trabajando en la región. Sin embargo, la experiencia es aún incipiente y muestra fragilidades. Una de ellas es su débil institucionalidad, a pesar del interés de los gobiernos municipales por afianzar el compromiso asociativo mediante su legalización. Otra debilidad está relacionada con el financiamiento, dado que las municipalidades muestran, por lo general, grandes resistencias a invertir recursos propios para el desarrollo de las asociaciones. Finalmente, se señalan los principales desafíos para su consolidación: respetar la identidad y autonomía de cada municipio; consolidar espacios y mecanismos de integración de los actores sociales y económicos de los municipios; dar pasos hacia la sostenibilidad a través de un efectivo compromiso económico de los gobiernos municipales; avanzar en una política pública nacional, para lo que se requiere no solo descentralizar el Estado, sino una legislación que permita consolidar jurídicamente la naturaleza y los marcos de operación de las mancomunidades y microrregiones en el país.