Enfermería: Cuidados Humanizados, 14(2)

julio-diciembre 2025

10.22235/ech.v14i2.4469

Artículos originales

 

 

Actitudes declaradas del personal de enfermería sobre sedación paliativa hospitalaria y ambulatoria: una revisión de alcance

Nurses’ Attitudes Towards Hospital and Outpatient Palliative Sedation: A Scoping Review

Atitudes declaradas do pessoal de enfermagem sobre sedação paliativa hospitalar e ambulatorial: uma revisão de alcance

 

María Andrea Castro-Bernal1 ORCID 0000-0001-9460-6908

Katerin Cristina Piedrahita Cárdenas2 ORCID 0009-0007-5451-5332

Lina María Vargas-Escobar3 ORCID 0000-0003-0052-5467

1 Universidad El Bosque, Colombia, macastrob@unbosque.edu.co          

2 Universidad El Bosque, Colombia       

3 Universidad El Bosque, Colombia       

 

Resumen:
Introducción:
El rol de enfermería durante la sedación paliativa se centra en brindar un acompañamiento integral al paciente y la familia, al emplear esta terapia para el manejo de síntomas refractarios que no mejoran con los tratamientos convencionales.

Objetivo: Explorar las actitudes declaradas del personal de enfermería frente a la sedación paliativa en los ámbitos hospitalarios y ambulatorios, según la literatura científica.

Metodología: Se realizó la búsqueda en las bases de datos PubMed, Embase, Scopus y Science Direct, de artículos publicados entre 2018 y 2024, utilizando la metodología del Joanna Briggs Institute (JBI).

Resultados: Se analizaron 15 artículos, organizando la información en las siguientes categorías: conocimientos específicos; factores asociados a creencias, valores y percepciones del personal de enfermería; y aspectos relacionados con el soporte emocional y las necesidades educativas.

Discusión: El personal de enfermería en unidades de cuidados paliativos enfrenta desafíos vinculados al manejo del sufrimiento y la incertidumbre antes y durante la administración de la sedación paliativa, tanto en relación con el paciente como con su familia. Las actitudes frente a esta terapia varían según el contexto asistencial, ya sea hospitalario o ambulatorio.

Conclusiones: La formación continua y el trabajo interdisciplinario son fundamentales para fortalecer la práctica de enfermería, reconociendo la sedación paliativa como una intervención importante para atender las necesidades del paciente y su familia. Además, el nivel de conocimiento sobre esta terapia varía en función de la experiencia previa y del entorno en el que se desempeña el profesional.

Palabras clave: sedación; enfermería; actitudes; atención ambulatoria; cuidado paliativo.

 

Abstract:
Introduction:
The nursing role during palliative sedation focuses on providing comprehensive support to the patient and their family when using this therapy to manage refractory symptoms that do not improve with conventional treatments.
Objective: To explore nurses’ stated attitudes toward palliative sedation in hospital and outpatient settings, based on the scientific literature.

Methodology: A literature search was conducted in the PubMed, Embase, Scopus, and ScienceDirect databases for articles published between 2018 and 2024, following the Joanna Briggs Institute (JBI) methodology.

Results: Fifteen articles were analyzed, and the information was organized into the following categories: specific knowledge; factors related to nurses’ beliefs, values, and perceptions; and aspects concerning emotional support and educational needs.

Discussion: Nurses in palliative care units face challenges related to managing suffering and uncertainty before and during the administration of palliative sedation, both in relation to the patient and their family. Attitudes toward this therapy vary depending on the care setting, whether hospital-based or outpatient.

Conclusions: Ongoing training and interdisciplinary collaboration are essential to strengthen nursing practice, recognizing palliative sedation as an important intervention to meet the needs of patients and their families. Moreover, knowledge levels regarding this therapy vary according to prior experience and the professional’s work setting.

Keywords: sedation; nursing; attitudes; ambulatory care; palliative care.

 

Resumo:
Introdução:
O papel da enfermagem na sedação paliativa consiste em oferecer um suporte integral ao paciente e a sua família por meio dessa intervenção, utilizada para o manejo de sintomas refratários que não respondem aos tratamentos convencionais.

Objetivo: Explorar as atitudes declaradas de enfermeiros frente à sedação paliativa nos contextos hospitalar e ambulatorial, conforme descrito na literatura científica.

Método: Foi realizada uma busca nas bases de dados PubMed, Embase, Scopus e ScienceDirect, de artigos publicados entre 2018 e 2024, seguindo a metodologia do Joanna Briggs Institute (JBI).

Resultados: Foram analisados 15 artigos, cujos dados foram organizados em três categorias temáticas: conhecimentos específicos; fatores relacionados às crenças, valores e percepções dos profissionais de enfermagem; e aspectos relativos ao suporte emocional e às necessidades educativas.

Discussão: Enfermeiros atuantes em unidades de cuidados paliativos enfrentam desafios significativos no manejo do sofrimento e da incerteza antes e durante a administração da sedação paliativa, tanto em relação ao paciente quanto a sua família. As atitudes frente a essa prática variam conforme o contexto assistencial, seja hospitalar ou ambulatorial.

Conclusões: A formação continuada e a colaboração interdisciplinar são fundamentais para o fortalecimento da prática de enfermagem, reconhecendo a sedação paliativa como uma intervenção importante para atender às necessidades dos pacientes e de seus familiares. O nível de conhecimento sobre essa terapia varia conforme a experiência prévia e o ambiente de atuação profissional.

Palavras-chave: sedação, enfermagem, atitudes; assistência ambulatorial; cuidados paliativos.

 

Recibido: 09/02/2025

Aceptado: 12/06/2025

 

 

Introducción

 

 

La sedación paliativa (SP) es una intervención terapéutica empleada como última alternativa para aliviar el sufrimiento físico y/o psicoemocional intolerable en pacientes con síntomas refractarios que no responden a tratamientos convencionales, en el contexto del acompañamiento por equipos de cuidados paliativos. (1, 2) Según la Organización Mundial de la salud (OMS), cerca de 56.8 millones de personas en el mundo requieren atención paliativa, no solo para el alivio del dolor físico, sino también para abordar dimensiones emocionales, espirituales y psicológicas de su sufrimiento. Sin embargo, solo alrededor del 14 % de esta población accede efectivamente a servicios de cuidados paliativos (CP). (3)

Lo anterior evidencia la necesidad de que los profesionales de enfermería reconozcan la importancia de un abordaje paliativo integral, dirigido tanto al paciente como a su familia, y que cuenten con una formación continua que les permita aplicar con seguridad y pertinencia terapias como la sedación paliativa. En este sentido, identificar adecuadamente las indicaciones para su uso y desarrollar actitudes éticas, empáticas y fundamentadas frente a esta práctica, constituye un componente esencial del quehacer de enfermería en el ámbito de los cuidados paliativos. La valoración constante de las necesidades del paciente y su entorno, y la toma de decisiones centradas en su bienestar y confort, son pilares del cuidado paliativo de calidad.

Por otro lado, se ha identificado que las actitudes declaradas de los profesionales de enfermería hacia la sedación paliativa pueden variar según el entorno asistencial (hospitalario o ambulatorio), y están influenciadas tanto por la formación recibida como por las experiencias adquiridas en la práctica clínica. (4) Estas diferencias pueden generar tensiones entre el conocimiento teórico y las realidades del ejercicio profesional, especialmente en contextos donde las condiciones para el acompañamiento interdisciplinario no están garantizadas. (5)

En este contexto, se hace necesario propiciar espacios de capacitación que fortalezcan las competencias del personal de enfermería, especialmente en ámbitos ambulatorios, donde la ausencia frecuente de equipos interdisciplinarios le exige asumir un rol protagónico en la atención de las necesidades del paciente y su familia. (6, 7) La literatura científica disponible sobre las actitudes de enfermeros frente a la sedación paliativa suele presentarse de manera parcial, principalmente en los apartados de resultados de estudios que abordan otros objetivos centrales, lo que evidencia un vacío en el conocimiento sistemático sobre este tema. Aun así, se observa una tendencia creciente hacia una mayor participación de enfermería en la administración de esta terapia, lo que resalta la necesidad de comprender mejor sus actitudes, percepciones y desafíos en torno a su aplicación. Considerando lo anterior, se plantea la siguiente pregunta de investigación: ¿Cuáles son las actitudes declaradas de enfermería sobre la sedación paliativa en ámbitos hospitalario y ambulatorio?

 

 

Metodología

 

 

Para el desarrollo de esta revisión se empleó la metodología propuesta por el Joanna Briggs Institute (JBI) para revisiones de alcance. (8, 9) Esta metodología tiene como propósito identificar conceptos clave que sustenten un campo de investigación, así como clarificar definiciones, límites y vacíos de conocimiento sobre una temática específica. (8, 9) Asimismo, busca recopilar la mejor evidencia disponible para contribuir a la mejora de la práctica clínica. Los pasos propuestos por JBI incluyen: formulación del título, definición de la pregunta de investigación, introducción, criterios de inclusión mediante la estrategia PCC (población, concepto y contexto), estrategias de búsqueda, selección de las fuentes de evidencia, extracción de datos, análisis de la evidencia, presentación de resultados, discusión y conclusiones. (8, 10)

La búsqueda se realizó en cuatro bases de datos: PubMed, Embase, Scopus y Science Direct, utilizando descriptores en ciencias de la salud (DeCS) y Medical Subject Headings (MeSH), como: palliative sedation, nursing, palliative care y health personnel attitude, combinados mediante operadores booleanos AND y OR. Se incluyeron publicaciones en español e inglés, siendo este último el idioma con mayor número de estudios disponibles. La información fue gestionada a través de una matriz en Excel y de la plataforma Rayyan, donde se registraron inicialmente 191 artículos, de los cuales se seleccionaron 15 que cumplían con los criterios de inclusión establecidos.

Este trabajo fue registrado previamente en la plataforma Open Science Framework (OSF), en concordancia con las recomendaciones internacionales de transparencia en la investigación. Para garantizar el rigor metodológico en la evaluación de los estudios incluidos, se aplicaron la lista de verificación COREQ para 12 estudios cualitativos y la lista STROBE para 3 estudios observacionales. (11)

A partir de la pregunta de investigación “¿Cuáles son las actitudes declaradas de enfermería sobre la sedación paliativa en los ámbitos hospitalario y ambulatorio?” se definieron los criterios de inclusión, conforme al enfoque PCC propuesto por JBI (ver Tabla 1).

 

Tabla 1: Pregunta de investigación según JBI: Población, Concepto y Contexto

 

 

 

Tipos de estudios y criterios de inclusión

 

 

Se incluyeron estudios originales con enfoques cualitativos, cuantitativos y mixtos, publicados entre enero de 2018 y enero de 2024. Se limitaron los resultados al idioma español y al inglés, dado que concentra la mayor cantidad de publicaciones científicas relevantes sobre la temática. No se consideraron revisiones ni literatura gris, debido a la ausencia de un proceso riguroso de revisión por pares, el cual es esencial para cumplir con el objetivo de esta revisión: aportar evidencia confiable que sirva de base para futuras investigaciones.

Se consideraron únicamente artículos de fuentes primarias que evidenciaran el papel del personal de enfermería en el manejo de la sedación paliativa, ya fuera en población adulta o pediátrica. Los criterios de exclusión aplicados fueron: artículos con acceso restringido, a fin de asegurar la disponibilidad y accesibilidad de los resultados; revisiones previas o estudios sin datos primarios (por ejemplo, opiniones de expertos sin análisis empírico); trabajos de grado de pregrado; estudios centrados exclusivamente en mujeres embarazadas, al no corresponder con el enfoque de la presente revisión.

 

 

Estrategia de búsqueda

 

 

La búsqueda se llevó a cabo en cuatro bases de datos reconocidas por su solidez en el ámbito biomédico: MEDLINE (vía PubMed), EMBASE, Web of Science y Scopus. La ecuación de búsqueda empleada fue: (“palliative sedation”) AND (“nursing”) AND (“palliative care”) AND (“attitude”), aplicada tanto en inglés como en español.

El período de búsqueda se delimitó entre el 1 de enero de 2018 y el 1 de enero de 2024, obteniéndose un total de 191 registros. A estos se les aplicaron posteriormente los criterios de inclusión y exclusión definidos previamente.

 

 

Selección de fuentes de evidencia

 

 

Una vez obtenidos los resultados, se utilizaron herramientas tecnológicas para la gestión de referencias y filtrado de artículos. En primer lugar, se cargaron todos los registros en la plataforma Rayyan, lo que permitió eliminar duplicados de manera automática. Posteriormente, dos investigadoras realizaron de forma independiente la selección de estudios en tres fases: lectura del título, revisión del resumen y lectura completa del texto. Cualquier discrepancia fue resuelta por consenso.

Para asegurar el rigor metodológico, el reporte se elaboró siguiendo las recomendaciones de la Extensión PRISMA para Revisiones de Alcance (PRISMA-ScR). Los resultados del proceso de búsqueda y selección se presentarán de forma detallada mediante el diagrama de flujo PRISMA-ScR (Figura 1). (12)

 

 

Extracción de datos

 

 

La extracción de datos fue realizada de manera independiente por dos investigadoras, quienes revisaron en detalle cada uno de los artículos incluidos. Para evaluar la calidad metodológica de los estudios, se emplearon las herramientas de evaluación crítica del Joanna Briggs Institute (JBI). (8, 10) El nivel de evidencia de la literatura se valoró por medio de la administración de las escalas de Oxford Centre for Evidence-Based Medicine (OCEBM) y Grading of Recommendations Assessment, Development and Evaluation (GRADE).

La información fue sistematizada mediante una matriz diseñada en Microsoft Excel, en la que se consignaron los siguientes datos: título del artículo, autores, fuente o revista de publicación, país, año, metodología, idioma original, nivel de evidencia, población o participantes, contexto del estudio, resultados, categorías emergentes e información adicional relevante. Esta sistematización permitió organizar y comparar los hallazgos de manera estructurada. Adicionalmente, los artículos incluidos fueron archivados y gestionados a través de la plataforma Mendeley Data, lo que facilitó el almacenamiento, acceso y trazabilidad de las fuentes.

 

 

Criterios de rigor y selección de los artículos

 

 

 Para asegurar la calidad y el rigor metodológico del proceso de selección, se aplicaron directrices internacionales reconocidas. La lista de verificación COREQ fue utilizada para evaluar 12 estudios con enfoque cualitativo, mientras que la lista STROBE se aplicó a 3 estudios observacionales. Estas herramientas permitieron valorar la transparencia, coherencia interna y validez de los estudios incluidos, garantizando así la solidez de los hallazgos presentados en esta revisión.

 

Figura 1: Diagrama de flujo del proceso de inclusión de estudios, elaborado según las directrices PRISMA-ScR y adaptado del formato original. (12)

 

 

 

Resultados

 

 

Los 15 artículos analizados representan una muestra de la producción científica reciente sobre los cuidados paliativos centrados en la sedación paliativa, la toma de decisiones clínicas y la percepción del personal de enfermería. Los estudios son de España, Alemania, Finlandia, Reino Unido, Bélgica, Francia, Colombia, Brasil y Canadá. Metodológicamente, la mayoría de los estudios emplean enfoques cualitativos o transversales descriptivos, lo que les permite explorar en profundidad percepciones, actitudes y experiencias en torno a la atención al final de la vida. Según los marcos de clasificación utilizados para el nivel de evidencia de los estudios (OCEBM y GRADE), estos corresponden a un nivel bajo de evidencia (5 o muy bajo). No obstante, aportan en la comprensión integral de la práctica paliativa en escenarios reales de la práctica enfermera. El detalle se presenta en la Tabla 2.

 

Tabla 2: Caracterización de los artículos sobre actitudes declaradas de enfermería sobre sedación paliativa hospitalaria y ambulatoria 2018-2024

 

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Nota: * OCEBM (Oxford Centre for Evidence-Based Medicine). OCEBM Levels of Evidence Working Group. The Oxford Levels of Evidence 2. Oxford Centre for Evidence-Based Medicine. 2011. **GRADE (Grading of Recommendations Assessment, Development and Evaluation). Guyatt GH, Oxman AD, Vist GE, Kunz R, Falck-Ytter Y, Alonso-Coello P, et al. GRADE: an emerging consensus on rating quality of evidence and strength of recommendations. BMJ. 2008 Apr 26;336(7650):924–6.

 

Con base en el análisis de los 15 estudios que ingresaron a la revisión, se clasificaron los hallazgos en tres categorías temáticas principales: (1) conocimientos específicos sobre el manejo de la sedación paliativa, (2) factores asociados a las creencias, valores y percepciones de los enfermeros, y (3) impacto emocional y las necesidades educativas percibidas tanto por el personal como por las familias. En la Tabla 3 se presentan los resultados agrupados por estas categorías, incluyendo las actitudes declaradas de enfermería en contextos hospitalarios y ambulatorios y el número de artículos reportados en cada categoría.

 

Tabla 3: Publicaciones de acuerdo con las categorías de resultados

 

Interfaz de usuario gráfica, Texto, Aplicación

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Conocimientos específicos sobre el manejo de la sedación paliativa

 

 

Los estudios incluidos en la presente revisión, muestran que los profesionales de enfermería poseen conocimientos variables sobre la sedación paliativa, los cuales están influenciados por la formación, la experiencia y el contexto de atención (hospitalario o domiciliario). En el ámbito hospitalario, el personal de enfermería tiende a reportar mayor familiaridad con protocolos estandarizados, mientras que en el domiciliario enfrenta incertidumbre debido a la falta de guías claras para la práctica y recursos.

Desde el ámbito hospitalario, estudios como el de Mengual et al. (13) encontraron que enfermeros de atención primaria en España tienen un conocimiento moderado sobre cuidados paliativos y no tienen formación específica en sedación, lo que limita su confianza en el manejo hospitalario. Por su parte, otros autores destacan que, en las salas de cuidados paliativos hospitalarios, el personal de enfermería aplica prácticas basadas en protocolos, mostrando actitudes positivas hacia la sedación como herramienta para aliviar el sufrimiento, aunque con cierta reserva por los aspectos éticos, (4) señalan que los especialistas en hospitales usan dosis bajas de medicamentos sedantes para confort, reflejando una actitud conservadora hacia la sedación profunda. (15)

Por otro lado, desde el ámbito domiciliario, se describen que, en los cuidados paliativos domiciliarios, los enfermeros sienten que “navegan a ciegas” debido a la falta de directrices claras para su práctica y la dificultad para ajustar la dosis para la sedación, lo que genera actitudes de inseguridad y frustración. (14) De la misma manera, Grüne et al. (19) hacen referencia que, en hogares de ancianos y hospitales, los enfermeros enfrentan desafíos logísticos y de comunicación con los médicos, pero en el ámbito domiciliario, aunque hay mayor nivel de autonomía es mayor, existe menor soporte y orientación.

Los conocimientos específicos sobre el manejo de la sedación paliativa por parte de enfermería muestran diferencias en lo hospitalario y domiciliario. En el entorno hospitalario, los enfermeros tienden a seguir protocolos estandarizados, como los desarrollados por la European Association for Palliative Care, priorizando el uso de dosis bajas de sedantes con midazolam para garantizar el confort del paciente sin inducir una sedación profunda. (15, 27) Estos protocolos se aplican bajo criterios estrictos, como el sufrimiento refractario y la expectativa de vida limitada, y suelen contar con apoyo multidisciplinar. (4, 20) En contraste, en el ámbito domiciliario, las prácticas son más flexibles debido a desafíos logísticos como la falta de recursos y disponibilidad 24/7 En este contexto, los profesionales de enfermería adaptan las dosis según la respuesta del paciente, basándose más en su experiencia clínica que en guías formales; situación que las lleva a depender más de su juicio clínico, lo que puede aumentar el estrés y la variabilidad en las prácticas. (15, 19)

 

 

Factores asociados a las creencias, valores y percepciones de los enfermeros

 

 

Los autores concuerdan que las creencias, los valores y las percepciones de los profesionales de enfermería sobre la sedación paliativa están formadas por factores culturales, éticos y personales, con diferencias en los contextos hospitalario y domiciliario. Las actitudes varían desde aceptación hasta reticencia, influenciadas por la percepción de la sedación como un acto de cuidado o como una intervención que acelera la muerte.

En el entorno hospitalario, Vieille et al. (17) hallaron que el personal de enfermería percibió la sedación como una práctica ética para aliviar el sufrimiento, aunque en algunos casos la asocian con dilemas morales sobre el final de la vida, mostrando actitudes ambivalentes entre aceptación y rechazo. Asimismo, en un hospital especializado en Brasil, expresaron “fantasías psicológicas” sobre la sedación, viéndola como un acto de compasión, pero también como una carga emocional para el personal de enfermería durante la atención directa con los pacientes que se encuentran en fin de vida. Otros autores destacan que valoran la participación del paciente en la toma de decisiones, lo que refuerza su aceptación de la sedación como un proceso colaborativo que permite mejorar su calidad de vida. (16, 23)

Por su parte, algunos enfermeros prefieren no estar presentes durante los momentos finales del paciente, especialmente en entornos hospitalarios. (13) Uno de los factores que afecta las actitudes del personal de enfermería frente a la sedación paliativa es la falta de consenso institucional sobre su uso, a pesar de que enfermería realiza un monitoreo exhaustivo del paciente, identifica necesidades clínicas y comunica sus observaciones al equipo médico. (14, 17) Por su parte, Grüne et al. encontraron que uno de los principales desafíos para el personal de enfermería consiste en determinar el momento adecuado para iniciar la SP y establecer la dosis correcta, evitando posibles daños al paciente. A esto se suma la presión por parte de familiares que, en algunos casos, rechazan la sedación o exigen aumentar las dosis, lo cual puede entrar en conflicto con las necesidades clínicas reales del paciente. (19)

Desde el entorno domiciliario, algunos autores encontraron que, en hogares de ancianos y entornos domiciliarios, los enfermeros evitan la sedación profunda por temor a “acelerar la muerte”, mostrando actitudes de resistencia basadas en valores personales y se enfocan que en las residencias donde se encuentran adultos mayores, se pueden presentar barreras éticas y falta de consenso con las familias por generar percepciones negativas hacia la sedación. (20, 21) También se evidenció que sienten angustia cuando no son claras las indicaciones sobre la sedación paliativa y aunque en algunos casos proponen su uso temprano en pacientes que lo requieren, sus sugerencias no siempre son consideradas, lo que genera frustración al depender la decisión final del médico tratante. (21, 22)

Otro sentimiento recurrente manifestado por los profesionales de enfermería, especialmente durante los fines de semana, es la incertidumbre. Esto ocurre cuando surge la necesidad de iniciar la sedación paliativa, pero no hay disponibilidad de personal médico para autorizarla, a pesar de que la indicación clínica ya ha sido identificada. (4, 18, 23) Además, algunos estudios destacan que el sufrimiento observado en los pacientes puede generar sentimientos de tristeza, angustia o ansiedad, especialmente cuando se identifican con los pacientes o proyectan en ellos a sus propios familiares, intensificando así la carga emocional de su labor diaria. (18) Asimismo, se ha documentado que el inicio de la SP puede provocar angustia adicional, ya que en ocasiones los familiares perciben que los efectos de la medicación tardan más de lo esperado y expresan su deseo de acelerar el proceso de muerte, lo que genera tensión emocional tanto para el equipo como para la familia. (22, 23)

 

 

Impacto emocional y las necesidades educativas percibidas por el personal como por las familias

 

 

El impacto emocional de la sedación paliativa es importante para el profesional de enfermería, y las necesidades educativas son una demanda repetida tanto en el ámbito hospitalario como domiciliario. Las familias también expresan necesidades de información y apoyo, influenciando las actitudes del personal.

En este sentido desde el ámbito hospitalario, se evidencia también que experimentan estrés al administrar sedación, especialmente cuando perciben falta de claridad en las indicaciones, mostrando actitudes de agotamiento y necesidad de apoyo psicológico en el momento del contacto directo con el paciente y su familia. Así mismo, el personal de enfermería siente impacto emocional, desesperanza e incertidumbre, demandando más formación para manejar dilemas éticos, reflejando una actitud proactiva hacia la necesidad de educación. (18, 22) Algunos estudios destacan que en hospitales ven la sedación como algo emocionalmente retador, pero necesario para mejorar el sufrimiento del paciente y solicitan guías claras para mejorar su desarrollo en las actividades diarias. (19, 26)

Al mismo tiempo, las experiencias del personal de enfermería en contextos hospitalarios favorecen el desarrollo de habilidades para el manejo de síntomas en pacientes al final de la vida, así como para la contención emocional de las familias, especialmente frente a manifestaciones de angustia y sufrimiento. En contraste, quienes laboran en hogares geriátricos manifiestan sentirse abrumados por la alta demanda de cuidados paliativos y por la ausencia frecuente de personal médico, lo que dificulta la toma de decisiones oportunas. Aunque en algunos casos cuentan con autorización para prescribir medicamentos, decidieron no hacerlo ante el dilema ético que les generaba la posibilidad de acelerar el proceso de muerte, situación que incrementó su carga emocional y sensación de responsabilidad e incertidumbre. (19, 20)

Desde el ámbito domiciliario también se evidencia que reportan mayor estrés emocional por la soledad que sienten al tomar decisiones durante la administración de medicamentos, sienten presión familiar al vivir directamente los síntomas del paciente y la desesperación mientras las dosis de medicamentos prescritos hacen efecto. (19) En algunos artículos se observó también presencia vulnerabilidad por parte de enfermería al enfrentarse al sufrimiento del paciente generando una necesidad urgente de capacitación no solo al personal sino también a la familia indican por la carga emocional que se presenta. (14, 18, 25)

Finalmente, desde las necesidades educativas reportadas en los artículos, se incluyen las relacionadas con herramientas para evaluar síntomas de manera objetiva, (15) entrenamiento en la comunicación de malas noticias y manejo de conflictos éticos con las familias. (14, 20) Ahora bien, estos hallazgos subrayan la importancia de adaptar guías clínicas al contexto domiciliario y fortalecer las competencias no técnicas en ambos entornos. (18) Así como también evaluar el nivel de conocimiento sobre los medicamentos utilizados en sedación paliativa entre profesionales de enfermería con y sin formación posgradual.

De manera llamativa, se observó un mayor dominio conceptual y práctico en aquellos profesionales sin formación especializada, lo que evidencia posibles vacíos en los programas de posgrado. Estos hallazgos subrayan la necesidad de fortalecer la capacitación en sedación paliativa, especialmente en lo referente a la diferenciación entre sedación paliativa y eutanasia, aspecto fundamental para los profesionales que tienen el primer contacto con el paciente y son responsables de la administración de medicamentos. (18)

Considerando lo anterior puede decirse que, en el hospital, el impacto emocional se mitiga parcialmente por el soporte institucional, mientras que en el domicilio la exposición directa a las dinámicas familiares intensifica el estrés. Las necesidades educativas son comunes, pero en el domicilio se enfatiza la comunicación con las familias, frente al enfoque en protocolos en el hospital.

 

 

Discusión

 

 

Los resultados de esta revisión destacan las actitudes de los profesionales de enfermería hacia la sedación paliativa en los contextos hospitalario y ambulatorio, revelando un panorama complejo influenciado por retos emocionales, dinámicas interdisciplinarias, y niveles de formación y experiencia.

El personal de enfermería que se desempeña en el ámbito de los cuidados paliativos enfrenta diversos retos emocionales vinculados al sufrimiento, la incertidumbre y la carga moral que puede surgir antes o durante la administración de la sedación paliativa, tanto en el acompañamiento al paciente como dentro del equipo de atención. (15, 18, 22, 23, 26) Las actitudes declaradas se presentan entre la aceptación de la sedación paliativa como una herramienta fundamental para el alivio de síntomas refractarios y la vivencia de tensiones derivadas de limitaciones estructurales del sistema y de dilemas éticos presentes en el proceso de atención. (28)

En el ámbito hospitalario, se muestra una actitud positiva por parte del personal de salud hacia la sedación paliativa, viéndola como la indicación más efectiva para manejar síntomas refractarios que comprometen la calidad de vida. (24, 29) Esta percepción la refuerza el profesional de enfermería al tener un rol activo en la preparación y monitorización de los medicamentos y en el uso de las escalas de valoración durante la administración, que permitieron controlar el nivel de sedación. (4, 18, 23) Los enfermeros destacan que valoran el trabajo colaborativo con el equipo médico y la familia en la toma de decisiones, lo que fomenta una actitud de confianza en la sedación paliativa. Sin embargo, esta aceptación se da a la par con desafíos emocionales significativos, reportan sentimientos de angustia y culpa cuando perciben que no pueden decidir administrar la sedación paliativa de manera temprana para aliviar el sufrimiento del paciente, especialmente si el médico no lo indica, lo que refleja una actitud de frustración ante la falta de autonomía. (4, 22)

La formación y la experiencia también influyen en estas actitudes de enfermería, (18,30) señalan que el conocimiento sobre SP en el hospital se adquiere principalmente a través de la práctica acumulada, más que por formación formal, lo que genera actitudes de seguridad en enfermeros experimentados, pero inseguridad en los menos capacitados. Además, se observa una tendencia conservadora hacia el uso de dosis bajas de sedativos, indicando una actitud cautelosa que prioriza la comodidad o el confort sobre la sedación profunda. (15)

Por otro lado, en el ámbito ambulatorio, las actitudes de personal de enfermería hacia la SP son más ambivalentes, marcadas por una mezcla de aceptación y reticencia derivada de la incertidumbre y la falta de recursos, (14, 20, 30) describen actitudes de inseguridad agravadas por la escasez de personal capacitado, especialmente los fines de semana, y la falta de medicamentos en hogares de ancianos. (19) No obstante, los enfermeros reconocen la utilidad de la SP para calmar síntomas como el dolor, mostrando una actitud práctica enfocada en el bienestar del paciente, más que en tranquilizar o inmovilizar. (20)

En el Reino Unido, Bowers y colegas (25) destacan una actitud colaborativa, donde los enfermeros comunitarios trabajan activamente con médicos para verificar prescripciones de sedación paliativa, reflejando confianza en un enfoque interdisciplinario. Sin embargo, en un estudio se reconoció que la carga emocional es más intensa en este contexto, debido a la interacción directa con las familias, quienes a veces asumen el cuidado y la administración de medicamentos en los domicilios. (26) Esto genera estrés y una actitud de vulnerabilidad, exacerbada por la dificultad para comunicarse con el equipo interdisciplinario fuera del contexto hospitalario. (6,18)

Las actitudes en ambos contextos son mediadas por emociones como el sufrimiento y la incertidumbre, que son más pronunciadas antes y durante la administración de sedación paliativa. (15, 18, 22, 23) En el hospital, la estructura institucional y la presencia de equipos interdisciplinarios mitigan estos retos, permitiendo actitudes más seguras y proactivas. En contraste, el ámbito ambulatorio, con su autonomía y limitaciones logísticas, intensifica el estrés y la angustia, llevando a actitudes más reservadas y dependientes de la experiencia personal.

La formación y capacitación emerge como un factor crítico, (4, 18) coinciden en que los enfermeros con mayor experiencia y capacitación específica, como por ejemplo las participantes en programas de educación continua de países como China, muestran actitudes más positivas y competentes frente a la sedación paliativa. Esto contrasta con la dependencia de la experiencia informal en muchos contextos, lo que limita la preparación para abordar síntomas refractarios y comunicar eficazmente con las familias. (29, 30)

Por último, algunos autores refieren al conocimiento del personal de enfermería sobre sedación paliativa y sus medicamentos que proviene de la experiencia laboral acumulada durante el transcurso de los años, más que de la formación formal estructurada, lo que limita la comprensión teórica de conceptos esenciales. (18) La formación en cuidados paliativos no solo mejora las competencias clínicas, sino que también facilita la contención emocional de las familias, al proporcionar información clara sobre el uso de medicamentos, sus indicaciones y las terapias aplicadas al final de la vida. Esto fortalece la toma de decisiones compartida entre el equipo interdisciplinario y su núcleo familiar. (4, 28, 29, 30)

 

 

Conclusiones

 

 

Las actitudes del personal de enfermería hacia la sedación paliativa revelan conflictos entre el conocimiento clínico, los dilemas éticos y la carga emocional, con diferencias entre los contextos hospitalario y domiciliario. En el ámbito hospitalario, la presencia de estructuras organizativas para el trabajo y el apoyo interdisciplinar favorece mayor seguridad en la toma de decisiones. Por el contrario, en el contexto domiciliario se exige mayor autonomía lo que sumado a la escasez de recursos y apoyo médico, genera incertidumbre y necesidad de formación específica. En ambos escenarios, el personal de enfermería reconoce la sedación paliativa como una herramienta esencial para aliviar el sufrimiento al final de la vida. Sin embargo, su adecuada implementación requiere conocimientos, habilidades prácticas y estrategias de afrontamiento emocional.

Por ello, es necesario diseñar programas de formación continua en cuidados paliativos, adaptados a las particularidades de cada entorno. En hospitales, es clave reforzar la autonomía profesional y brindar apoyo emocional. En el ámbito domiciliario, se requiere capacitación en comunicación, protocolos claros y acceso oportuno a medicamentos. Futuras investigaciones deberían evaluar el impacto de estas intervenciones educativas en las competencias de los profesionales de enfermería, así como incorporar la perspectiva de las familias para entender cómo sus expectativas inciden en las decisiones clínicas relacionadas con la sedación paliativa.

 

 

Referencias bibliográficas:

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Cómo citar: Castro-Bernal MA, Piedrahita Cárdenas KC, Vargas-Escobar LM. Actitudes declaradas del personal de enfermería sobre sedación paliativa hospitalaria y ambulatoria: una revisión de alcance. Enfermería: Cuidados Humanizados. 2025;14(2):e4469. doi: 10.22235/ech.v14i2.4469

 

Contribución de los autores (Taxonomía CRediT): 1. Conceptualización; 2. Curación de datos; 3. Análisis formal; 4. Adquisición de fondos; 5. Investigación; 6. Metodología; 7. Administración de proyecto; 8. Recursos; 9. Software; 10. Supervisión; 11. Validación; 12. Visualización; 13. Redacción: borrador original; 14. Redacción: revisión y edición.

M. A. C. B. ha contribuido en 1, 2, 3, 5, 6, 7, 8, 10, 11, 12, 13, 14; K. C. P. C. en 1, 3, 5, 8, 11, 12, 13, 14; L. M. V. E. en 1, 3, 5, 8, 10, 11, 12, 13, 14.

 

Editora científica responsable: Dra. Natalie Figueredo

 

Enfermería: Cuidados Humanizados, 14(2)

July-December 2025

10.22235/ech.v14i2.4469

Original articles

 

Nurses’ Attitudes Towards Hospital and Outpatient Palliative Sedation: A Scoping Review

Actitudes declaradas del personal de enfermería sobre sedación paliativa hospitalaria y ambulatoria: una revisión de alcance

Atitudes declaradas do pessoal de enfermagem sobre sedação paliativa hospitalar e ambulatorial: uma revisão de alcance

 

María Andrea Castro-Bernal1 ORCID 0000-0001-9460-6908

Katerin Cristina Piedrahita Cárdenas2 ORCID 0009-0007-5451-5332

Lina María Vargas-Escobar3 ORCID 0000-0003-0052-5467

1 Universidad El Bosque, Colombia, macastrob@unbosque.edu.co          

2 Universidad El Bosque, Colombia       

3 Universidad El Bosque, Colombia       

 

Abstract:
Introduction:
The nursing role during palliative sedation focuses on providing comprehensive support to the patient and their family when using this therapy to manage refractory symptoms that do not improve with conventional treatments.
Objective: To explore nurses’ stated attitudes toward palliative sedation in hospital and outpatient settings, based on the scientific literature.

Methodology: A literature search was conducted in the PubMed, Embase, Scopus, and ScienceDirect databases for articles published between 2018 and 2024, following the Joanna Briggs Institute (JBI) methodology.

Results: Fifteen articles were analyzed, and the information was organized into the following categories: specific knowledge; factors related to nurses’ beliefs, values, and perceptions; and aspects concerning emotional support and educational needs.

Discussion: Nurses in palliative care units face challenges related to managing suffering and uncertainty before and during the administration of palliative sedation, both in relation to the patient and their family. Attitudes toward this therapy vary depending on the care setting, whether hospital-based or outpatient.

Conclusions: Ongoing training and interdisciplinary collaboration are essential to strengthen nursing practice, recognizing palliative sedation as an important intervention to meet the needs of patients and their families. Moreover, knowledge levels regarding this therapy vary according to prior experience and the professional’s work setting.

Keywords: sedation; nursing; attitudes; ambulatory care; palliative care.

 

Resumen:
Introducción:
El rol de enfermería durante la sedación paliativa se centra en brindar un acompañamiento integral al paciente y la familia, al emplear esta terapia para el manejo de síntomas refractarios que no mejoran con los tratamientos convencionales.

Objetivo: Explorar las actitudes declaradas del personal de enfermería frente a la sedación paliativa en los ámbitos hospitalarios y ambulatorios, según la literatura científica.

Metodología: Se realizó la búsqueda en las bases de datos PubMed, Embase, Scopus y Science Direct, de artículos publicados entre 2018 y 2024, utilizando la metodología del Joanna Briggs Institute (JBI).

Resultados: Se analizaron 15 artículos, organizando la información en las siguientes categorías: conocimientos específicos; factores asociados a creencias, valores y percepciones del personal de enfermería; y aspectos relacionados con el soporte emocional y las necesidades educativas.

Discusión: El personal de enfermería en unidades de cuidados paliativos enfrenta desafíos vinculados al manejo del sufrimiento y la incertidumbre antes y durante la administración de la sedación paliativa, tanto en relación con el paciente como con su familia. Las actitudes frente a esta terapia varían según el contexto asistencial, ya sea hospitalario o ambulatorio.

Conclusiones: La formación continua y el trabajo interdisciplinario son fundamentales para fortalecer la práctica de enfermería, reconociendo la sedación paliativa como una intervención importante para atender las necesidades del paciente y su familia. Además, el nivel de conocimiento sobre esta terapia varía en función de la experiencia previa y del entorno en el que se desempeña el profesional.

Palabras clave: sedación; enfermería; actitudes; atención ambulatoria; cuidado paliativo.

 

Resumo:
Introdução:
O papel da enfermagem na sedação paliativa consiste em oferecer um suporte integral ao paciente e a sua família por meio dessa intervenção, utilizada para o manejo de sintomas refratários que não respondem aos tratamentos convencionais.

Objetivo: Explorar as atitudes declaradas de enfermeiros frente à sedação paliativa nos contextos hospitalar e ambulatorial, conforme descrito na literatura científica.

Método: Foi realizada uma busca nas bases de dados PubMed, Embase, Scopus e ScienceDirect, de artigos publicados entre 2018 e 2024, seguindo a metodologia do Joanna Briggs Institute (JBI).

Resultados: Foram analisados 15 artigos, cujos dados foram organizados em três categorias temáticas: conhecimentos específicos; fatores relacionados às crenças, valores e percepções dos profissionais de enfermagem; e aspectos relativos ao suporte emocional e às necessidades educativas.

Discussão: Enfermeiros atuantes em unidades de cuidados paliativos enfrentam desafios significativos no manejo do sofrimento e da incerteza antes e durante a administração da sedação paliativa, tanto em relação ao paciente quanto a sua família. As atitudes frente a essa prática variam conforme o contexto assistencial, seja hospitalar ou ambulatorial.

Conclusões: A formação continuada e a colaboração interdisciplinar são fundamentais para o fortalecimento da prática de enfermagem, reconhecendo a sedação paliativa como uma intervenção importante para atender às necessidades dos pacientes e de seus familiares. O nível de conhecimento sobre essa terapia varia conforme a experiência prévia e o ambiente de atuação profissional.

Palavras-chave: sedação, enfermagem, atitudes; assistência ambulatorial; cuidados paliativos.

 

Received: 09/02/2025

Accepted: 12/06/2025

 

 

Introduction

 

 

Palliative sedation (PS) is a therapeutic intervention used as a last alternative to relieve intolerable physical and/or psycho-emotional suffering in patients with refractory symptoms who do not respond to conventional treatments, in the context of support by palliative care teams. (1, 2) According to the World Health Organization (WHO), approximately 56.8 million people worldwide require palliative care, not only for the relief of physical pain but also to address the emotional, spiritual, and psychological dimensions of their suffering. However, only about 14% of this population effectively accesses palliative care (PC) services. (3)

 

The above highlights the need for nursing professionals to recognize the importance of a comprehensive palliative approach, aimed at both the patient and their family, and to receive ongoing training that enables them to safely and appropriately apply therapies such as palliative sedation. In this sense, properly identifying the indications for its use and developing ethical, empathetic, and well-founded attitudes toward this practice constitute an essential component of nursing practice in the field of palliative care. Constant assessment of the needs of the patient and their environment, and decision-making focused on their well-being and comfort, are pillars of quality palliative care.

On the other hand, it has been identified that the stated attitudes of nursing professionals toward palliative sedation may vary depending on the healthcare setting (hospital or outpatient) and are influenced by both the training received and the experiences acquired in clinical practice. (4) These differences can generate tensions between theoretical knowledge and the realities of professional practice, especially in contexts where the conditions for interdisciplinary accompaniment are not guaranteed. (5)

In this context, it is necessary to provide training opportunities that strengthen the skills of nursing staff, especially in outpatient settings, where the frequent absence of interdisciplinary teams requires nurses to assume a leading role in addressing the needs of patients and their families. (6, 7) The available scientific literature on nurses’ attitudes toward palliative sedation is often presented incompletely, primarily in the results sections of studies addressing other central objectives, highlighting a gap in systematic knowledge on this topic. However, there is a growing trend toward greater nursing participation in the administration of this therapy, highlighting the need to better understand their attitudes, perceptions, and challenges surrounding its application. Considering the above, the following question is posed: What are nurses stated attitudes toward palliative sedation in both hospital and outpatient settings?

 

 

Methodology

 

 

For the development of this review, the methodology proposed by the Joanna Briggs Institute (JBI) for scoping reviews was used.(8, 9) The purpose of this methodology is to identify key concepts that support a field of research, as well as to clarify definitions, limits and knowledge gaps on a specific topic.(8, 9) It also seeks to compile the best available evidence to contribute to the improvement of clinical practice. The steps proposed by JBI include formulation of the title, definition of the research question, introduction, inclusion criteria using the PCC (Population, Concept, and Context) strategy, search strategies, selection of evidence sources, data extraction, analysis of evidence, presentation of results, discussion, and conclusions. (8, 10)

The search was conducted in four databases: PubMed, Embase, Scopus, and Science Direct, using health sciences descriptors (DeCS) and Medical Subject Headings (MeSH), such as palliative sedation, nursing, palliative care, and health personnel attitude, combined using the Boolean operators AND and OR. Publications in Spanish and English were included, the latter being the language with the largest number of available studies. The information was managed through an Excel matrix and the Rayyan platform, where 191 articles were initially registered, of which 15 were selected that met the established inclusion criteria.

This work was previously registered on the Open Science Framework (OSF) platform, in accordance with international recommendations for research transparency. To ensure methodological rigor in the evaluation of the included studies, the COREQ checklist was applied to 12 qualitative studies and the STROBE checklist to 3 observational studies. (11)

Based on the research question “What are the stated attitudes of nurses toward palliative sedation in the hospital and outpatient settings?”, inclusion criteria were defined according to the PCC approach proposed by JBI (see Table 1).

 

Table 1: JBI Research Question: Population, Concept and Context 

 

Tabla

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Types of studies and inclusion criteria

 

 

Original studies with qualitative, quantitative, and mixed approaches published between January 2018 and January 2024 were included. Results were limited to Spanish and English, as these contain the largest number of relevant scientific publications on the topic. Reviews and gray literature were not considered due to the lack of a rigorous peer-review process, which is essential to fulfill the objective of this review: to provide reliable evidence to serve as a basis for future research.

Only articles from primary sources that demonstrated the role of nursing staff in palliative sedation management, whether in the adult or pediatric population, were considered. The exclusion criteria applied were articles with restricted access, to ensure the availability and accessibility of the results; previous reviews or studies without primary data (e.g., expert opinions without empirical analysis); undergraduate theses; and studies focused exclusively on pregnant women, as they do not correspond to the focus of the present review.

 

 

Search strategy

 

 

The search was conducted in four databases recognized for their robustness in the biomedical field: MEDLINE (via PubMed), EMBASE, Web of Science, and Scopus. The search equation used was: (palliative sedation AND nursing AND palliative care AND attitude), applied in both English and Spanish.

The search period was limited to January 1, 2018, and January 1, 2024, yielding a total of 191 records. The previously defined inclusion and exclusion criteria were then applied to these records.

 

 

Selecting sources of evidence

 

 

Once the results were obtained, technological tools were used for reference management and article filtering. First, all records were uploaded to the Rayyan platform, which allowed for automatic elimination of duplicates. Subsequently, two researchers independently selected studies in three phases: title reading, abstract review, and full reading of the text. Any discrepancies were resolved by consensus.

To ensure methodological rigor, the report was prepared following the recommendations of the PRISMA Extension for Scoping Reviews (PRISMA-ScR). The results of the search and selection process will be presented in detail using the PRISMA-ScR flowchart (Figure 1). (12)

 

 

Data extraction

 

 

Data extraction was performed independently by two researchers, who thoroughly reviewed each of the included articles. The Joanna Briggs Institute (JBI) critical appraisal tools were used to assess the methodological quality of the studies. (8, 10) The level of evidence in the literature was assessed by administering the Oxford Centre for Evidence-Based Medicine (OCEBM) and Grading of Recommendations Assessment, Development and Evaluation (GRADE) scales.

The information was organized using a matrix designed in Microsoft Excel, which included the following data: article title, authors, source or journal of publication, country, year, methodology, original language, level of evidence, population or participants, study context, results, emerging categories, and additional relevant information. This systematization allowed for structured organization and comparison of the findings. Additionally, the included articles were archived and managed through the Mendeley Data platform, which facilitated the storage, access, and traceability of sources.

 

 

Criteria of rigor and selection of articles

 

 

To ensure the quality and methodological rigor of the selection process, recognized international guidelines were applied. The COREQ checklist was used to evaluate 12 qualitative studies, while the STROBE checklist was applied to 3 observational studies. These tools allowed us to assess the transparency, internal consistency, and validity of the included studies, thus ensuring the robustness of the findings presented in this review.

 

Figure 1: Flowchart of the study inclusion process, prepared according to the PRISMA-ScR guidelines and adapted from the original format. (12)

 

 

 

Results

 

 

The 15 articles analyzed represent a sample of recent scientific literature on palliative care, focusing on palliative sedation, clinical decision-making, and nursing staff perceptions. The studies are from Spain, Germany, Finland, the United Kingdom, Belgium, France, Colombia, Brazil, and Canada. Methodologically, most studies employ qualitative or descriptive cross-sectional approaches, allowing them to explore in depth perceptions, attitudes, and experiences regarding end-of-life care. According to the classification frameworks used for the level of evidence of the studies (OCEBM and GRADE), these correspond to a low level of evidence (5 or very low). However, they contribute to a comprehensive understanding of palliative practice in real-life nursing settings. Details are presented in Table 2.

 

Table 2: Characterization of articles on nurses stated attitudes toward palliative sedation in hospitals and outpatients, 2018–2024

 

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Nota: * OCEBM (Oxford Centre for Evidence-Based Medicine). OCEBM Levels of Evidence Working Group. The Oxford Levels of Evidence 2. Oxford Centre for Evidence-Based Medicine. 2011. **GRADE (Grading of Recommendations Assessment, Development and Evaluation). Guyatt GH, Oxman AD, Vist GE, Kunz R, Falck-Ytter Y, Alonso-Coello P, et al. GRADE: an emerging consensus on rating quality of evidence and strength of recommendations. BMJ. 2008 Apr 26;336(7650):924–6.

 

Based on the analysis of the 15 studies included in the review, the findings were classified into three main thematic categories: (1) specific knowledge about palliative sedation management; (2) factors associated with nurses’ beliefs, values, and perceptions; and (3) emotional impact and educational needs perceived by both staff and families. The results grouped by these categories are presented in Table 3, including reported nursing attitudes in inpatient and outpatient settings and the number of articles reported in each category.

 

Table 3: Publications according to the results categories

 

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Specific knowledge on the management of palliative sedation

 

 

The studies included in this review show that nursing professionals have varying levels of knowledge about palliative sedation, influenced by their training, experience, and the setting of care (hospital or home). In the hospital setting, nurses tend to report greater familiarity with standardized protocols, while in the home setting, they face uncertainty due to a lack of clear practice guidelines and resources.

In the hospital setting, studies such as Mengual et al. (13) found that primary care nurses in Spain have limited knowledge of palliative care and lack specific training in sedation, which limits their confidence in hospital management. Other authors, meanwhile, highlight that in hospital palliative care wards, nurses apply protocol-based practices, displaying positive attitudes toward sedation as a tool to relieve suffering, albeit with some reservations due to ethical considerations (4) they point out that hospital specialists use low doses of sedative medications for comfort, reflecting a conservative attitude toward deep sedation. (15)

On the other hand, in the home setting, nurses are described as feeling like they are “flying blind” in home palliative care due to the lack of clear guidelines for its practice and the difficulty in adjusting the sedation dose, which generates attitudes of insecurity and frustration. (14) Similarly, Grüne et al. (19) note that in nursing homes and hospitals, nurses face logistical and communication challenges with physicians, but in the home setting, although there is a greater level of autonomy, there is less support and guidance.

Nursing expertise regarding palliative sedation management varies between hospital and home settings. In the hospital setting, nurses tend to follow standardized protocols, such as those developed by the European Association for Palliative Care, prioritizing the use of low doses of sedatives with midazolam to ensure patient comfort without inducing deep sedation. (15, 27) These protocols are applied under strict criteria, such as refractory suffering and limited life expectancy, and usually have multidisciplinary support. (4, 20) In contrast, in the home setting, practices are more flexible due to logistical challenges such as a lack of resources and 24/7 availability. In this context, nurses adapt doses according to patient response, relying more on their clinical experience than on formal guidelines; a situation that leads them to rely more on their clinical judgment, which can increase stress and variability in practices. (15, 19)

 

 

Factors associated with nurses’ beliefs, values, and perceptions

 

 

The authors agree that nursing professionals’ beliefs, values, and perceptions about palliative sedation are shaped by cultural, ethical, and personal factors, with differences between hospital and home settings. Attitudes range from acceptance to reluctance, influenced by the perception of sedation as an act of care or as an intervention that accelerates death.

In the hospital setting, Vieille et al. (17) found that nursing staff perceived sedation as an ethical practice to alleviate suffering, although in some cases they associated it with moral dilemmas about the end of life, showing ambivalent attitudes between acceptance and rejection. Similarly, in a specialized hospital in Brazil, they expressed “psychological fantasies” about sedation, seeing it as an act of compassion, but also as an emotional burden for nursing staff during direct care with patients at the end of life. Other authors emphasize that they value patient participation in decision-making, which reinforces their acceptance of sedation as a collaborative process that improves their quality of life. (16, 23)

Some nurses, for their part, prefer not to be present during a patient’s final moments, especially in hospital settings. (13) One of the factors affecting nursing staff’s attitudes toward palliative sedation is the lack of institutional consensus on its use, even though nurses closely monitor patients, identify clinical needs, and communicate their observations to the medical team. (14, 17) For their part, Grüne et al. found that one of the main challenges for nursing staff is determining the right time to start sedation and establishing the correct dose, avoiding potential harm to the patient. Added to this is pressure from family members, who in some cases refuse sedation or demand increased doses, which can conflict with the patient’s actual clinical needs. (19)

In the home setting, some authors found that, in nursing homes and home environments, nurses avoid deep sedation for fear of “hastening death,” displaying attitudes of resistance based on personal values. They emphasized that in residences where older adults are located, ethical barriers and a lack of consensus with families can arise, generating negative perceptions toward sedation. (20, 21) It was also evident that nurses experience distress when indications for palliative sedation are unclear, and although some advocate for its early use in patients who require it, their suggestions are not always taken into account, leading to frustration as the final decision rests with the attending physician. (21, 22)

Another recurring feeling expressed by nursing professionals, especially on weekends, is uncertainty. This occurs when the need to initiate palliative sedation arises, but medical personnel are unavailable to authorize it, even though the clinical indication has already been identified. (4, 18, 23) Furthermore, some studies highlight that the suffering observed in patients can generate feelings of sadness, anguish, or anxiety, especially when patients identify with them or project their own family members onto them, thus intensifying the emotional burden of their daily work. (18) Furthermore, it has been documented that the initiation of SP can cause additional distress, as family members sometimes perceive that the effects of the medication take longer than expected and express their desire to accelerate the dying process, which generates emotional tension for both the team and the family. (22, 23)

 

 

Emotional impact and educational needs perceived by staff and families

 

 

The emotional impact of palliative sedation is significant for nursing professionals, and educational needs are a recurring demand both in hospital and home settings. Families also express a need for information and support, influencing staff attitudes.

In this regard, it is also evident from the hospital setting that nurses experience stress when administering sedation, especially when they perceive a lack of clarity in the instructions, displaying attitudes of exhaustion and a need for psychological support during direct contact with patients and their families. Likewise, nursing staff experience emotional impact, hopelessness, and uncertainty, demanding more training to handle ethical dilemmas, reflecting a proactive attitude toward the need for education. (18, 22) Some studies highlight that hospital nurses view sedation as emotionally challenging, but necessary to improve patient suffering, and they request clear guidelines to improve their performance in daily activities. (19, 26)

At the same time, nursing staff’s experiences in hospital settings foster the development of skills for symptom management in patients at the end of life, as well as for emotional support for families, especially when faced with manifestations of distress and suffering. In contrast, nurses working in nursing homes report feeling overwhelmed by the high demand for palliative care and the frequent absence of medical staff, which makes timely decision-making difficult. Although some are authorized to prescribe medications, they decided not to do so due to the ethical dilemma posed by the possibility of accelerating the dying process, a situation that increased their emotional burden and sense of responsibility and uncertainty. (19, 20)

In the home setting, it is also evident that nurses report greater emotional stress due to the loneliness they feel when making decisions regarding medication administration, family pressure from experiencing the patient’s symptoms firsthand, and despair while the prescribed doses of medication take effect. (19) Some articles also observed vulnerability on the part of nurses when dealing with patient suffering, generating an urgent need for training not only for staff but also for families due to the emotional burden involved. (14, 18, 25)

Finally, from the educational needs reported in the articles, those related to tools to evaluate symptoms objectively are included, (15) training in communicating bad news and managing ethical conflicts with families. (14, 20) However, these findings underscore the importance of adapting clinical guidelines to the home setting and strengthening non-technical skills in both settings. (18) As well as assessing the level of knowledge about medications used in palliative sedation among nursing professionals with and without postgraduate training.

Strikingly, greater conceptual and practical mastery was observed among professionals without specialized training, highlighting potential gaps in postgraduate programs. These findings underscore the need to strengthen training in palliative sedation, especially regarding the differentiation between palliative sedation and euthanasia, a fundamental aspect for professionals who have initial contact with patients and are responsible for administering medications. (18)

Considering the above, it can be said that, in the hospital, the emotional impact is partially mitigated by institutional support, while at home, direct exposure to family dynamics intensifies stress. Educational needs are common, but at home, emphasis is placed on communication with families, compared to the focus on protocols in the hospital.

 

 

Discussion

 

 

The results of this review highlight nursing professionals’ attitudes toward palliative sedation in both inpatient and outpatient settings, revealing a complex landscape influenced by emotional challenges, interdisciplinary dynamics, and levels of training and experience.

Nursing staff working in palliative care face various emotional challenges related to the suffering, uncertainty, and moral burden that can arise before or during the administration of palliative sedation, both while supporting the patient and within the care team.(15, 18, 22, 23, 26) The attitudes expressed by nurses range from accepting palliative sedation as a fundamental tool for relieving refractory symptoms to experiencing tensions arising from the system’s structural limitations and ethical dilemmas present in the care process. (28)

In the hospital setting, nurses show a positive attitude toward palliative sedation, viewing it as the most effective indication for managing refractory symptoms that compromise quality of life. (24, 29) This perception is reinforced by their active role in preparing, administering and monitoring medications, using scales to control the level of sedation (4, 18, 23) They highlight that nurses value collaborative work with the medical team and the family in decision-making, which fosters an attitude of confidence in palliative sedation. However, this acceptance occurs alongside significant emotional challenges. They report feelings of anguish and guilt when nurses perceive that they cannot decide to administer palliative sedation early to alleviate the patient’s suffering, especially if the doctor does not indicate it, which reflects an attitude of frustration at the lack of autonomy. (4, 22)

Training and experience also influence these nursing attitudes, (18, 30) They point out that knowledge about SP in the hospital is acquired primarily through accumulated practice, rather than formal training, which generates attitudes of safety in experienced nurses, but insecurity in less qualified ones. Furthermore, a conservative tendency toward the use of low doses of sedatives is observed, indicating a cautious attitude that prioritizes convenience over deep sedation. (15)

On the other hand, in the outpatient setting, nurses’ attitudes towards SP are more ambivalent, marked by a mixture of acceptance and reluctance derived from uncertainty and lack of resources, (14, 20, 30) They describe attitudes of insecurity aggravated by a shortage of trained personnel, especially on weekends, and a lack of medication in nursing homes. (19) However, nurses recognize the usefulness of SP in relieving symptoms such as pain, demonstrating a practical attitude focused on the patient’s well-being, rather than on tranquilizing or immobilizing. (20)

In the United Kingdom, Bowers and colleagues (25) highlight a collaborative attitude, where community nurses actively work with doctors to verify palliative sedation prescriptions, reflecting confidence in an interdisciplinary approach. However, one study recognized that the emotional burden is more intense in this context, due to direct interaction with families, who sometimes take on the care and administration of medications at home. (26) This generates stress and an attitude of vulnerability, exacerbated by the difficulty of communicating with the interdisciplinary team outside the hospital setting. (6,18)

Attitudes in both contexts are mediated by emotions such as suffering and uncertainty, which are more pronounced before and during the administration of palliative sedation. (15, 18, 22, 23) In the hospital, the institutional structure and the presence of interdisciplinary teams mitigate these challenges, allowing for more confident and proactive approaches. In contrast, the outpatient setting, with its autonomy and logistical limitations, intensifies stress and anxiety, leading to more reserved attitudes and a dependence on personal experience.

Education and training emerge as a critical factor, (4, 18) They agree that nurses with greater experience and specific training, such as those participating in continuing education programs in countries like China, show more positive and competent attitudes toward palliative sedation. This contrasts with the dependence on informal experience in many contexts, which limits preparation for addressing refractory symptoms and communicating effectively with families. (29, 30)

Finally, some authors point to nursing staff’s knowledge of palliative sedation and its medications as derived from years of work experience rather than from formal, structured training, limiting their theoretical understanding of essential concepts. (18) Palliative care training not only improves clinical skills but also facilitates emotional support for families by providing clear information on medication use, their indications, and end-of-life therapies. This strengthens shared decision-making between the interdisciplinary team and the family. (4, 28, 29, 30)

 

 

Conclusions

 

 

Nursing staff attitudes toward palliative sedation reveal conflicts between clinical knowledge, ethical dilemmas, and emotional burden, with differences between hospital and home settings. In the hospital setting, the presence of organizational structures for work and interdisciplinary support favors greater confidence in decision-making. In contrast, in the home setting, greater autonomy is required, which, combined with the scarcity of resources and medical support, generates uncertainty and the need for specific training. In both settings, nurses recognize palliative sedation as an essential tool to alleviate suffering at the end of life. However, its proper implementation requires knowledge, practical skills, and emotional coping strategies.

Therefore, it is necessary to design continuing education programs in palliative care, adapted to the specific characteristics of each setting. In hospitals, it is key to reinforce professional autonomy and provide emotional support. In the home setting, communication training, clear protocols, and timely access to medications are required. Future research should evaluate the impact of these educational interventions on nursing professionals’ competencies, as well as incorporate families’ perspectives to understand how their expectations influence clinical decisions related to palliative sedation.

 

 

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How to cite: Castro-Bernal MA, Piedrahita Cárdenas KC, Vargas-Escobar LM. Nurses’ Attitudes Towards Hospital and Outpatient Palliative Sedation: A Scoping Review. Enfermería: Cuidados Humanizados. 2025;14(2):e4469. doi: 10.22235/ech.v14i2.4469

 

Authors’ contribution (CRediT Taxonomy): 1. Conceptualization; 2. Data curation; 3. Formal Analysis; 4. Funding acquisition; 5. Investigation; 6. Methodology; 7. Project administration; 8. Resources; 9. Software; 10. Supervision; 11. Validation; 12. Visualization; 13. Writing: original draft; 14. Writing: review & editing.

M. A. C. B. has contributed in 1, 2, 3, 5, 6, 7, 8, 10, 11, 12, 13, 14; K. C. P. C. in 1, 3, 5, 8, 11, 12, 13, 14; L. M. V. E. in 1, 3, 5, 8, 10, 11, 12, 13, 14.

 

Scientific editor in charge: Dr. Natalie Figueredo.

 

Enfermería: Cuidados Humanizados, 14(2)

julio-diciembre 2025

10.22235/ech.v14i2.4469

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