10.22235/ech.v13i1.4054

Editorial

 

Actualizando los programas de educación en enfermería en respuesta a los desafíos del siglo XXI

Updating Nursing Education Programs in Response to the Challenges of the 21st Century

Atualizando programas de educação em enfermagem em resposta aos desafios do século XXI

 

Evy Nazon1  ORCID 0000-0002-0638-1241

Marcela Ferrada-Videla2  ORCID 0000-0002-7613-6233

 

1 Université du Québec en Outaouais, Canadá, evy.nazon@uqo.ca         

2 Université de Montréal, Canadá

 

 

En un artículo publicado en 2003 por Souza, (1) asesora de enfermería y salud pública para la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la autora revisa los momentos claves del desarrollo de la formación en enfermería en América Latina. Souza destaca tres momentos importantes en la formación social de las enfermeras: 1) la secularización de la asistencia a la salud —que marcó el inicio de los programas en los países que históricamente rompieron los lazos entre el Estado y la Iglesia y reformaron el sistema sanitario expulsando las órdenes religiosas de la asistencia a la salud— y la modernización de los servicios de salud resultante de los avances científicos de finales del siglo XIX e inicios del siglo XX; 2) el movimiento de salud pública, y 3) la expansión de los programas universitarios en América Latina. Souza concluye que la formación de las enfermeras en la región refleja el desarrollo socioeconómico desigual y heterogéneo de los diferentes países latinoamericanos, y que ni la formación en el puesto de trabajo implementada a principios del siglo XX ni el sistema educativo organizado a partir de entonces crearon las condiciones necesarias para su pleno desarrollo profesional, para su participación más efectiva en la influencia sobre las condiciones sanitarias imperantes en la región, y, según Lizarraga Amilibia,(2) para su capacidad de tomar parte en las decisiones políticas dentro del sistema sanitario.

En algunos otros países, como es el caso de Canadá, la formación en enfermería también estuvo marcada por momentos de grandes y lentos cambios. Varios años fueron necesarios para pasar de una formación impartida en los hospitales por las religiosas a la evaluación de los programas de enfermería con un proceso de acreditación riguroso de las instituciones académicas para mejorar los estándares de calidad. (3)

Pruebas recientes indican que se sigue perdiendo terreno en la formación de los estudiantes de enfermería en una época de cambios rápidos y radicales. Según Kavanagh y Sharpnack, (4) las competencias iniciales que se esperan de los estudiantes de enfermería están disminuyendo a un ritmo alarmante, y esto se ha visto agravado por el impacto de la pandemia de COVID-19. Por su parte, Wakefield y colaboradores (5) señalan que en la próxima década será esencial que la formación de enfermería evolucione rápidamente para que las enfermeras sean capaces de responder a los desafíos contemporáneos que conllevan los determinantes sociales de la salud (ej.: complejidad de los cuidados, envejecimiento de la población, aumento de las enfermedades de salud mental y crónicas, prevención de la salud y promoción de la equidad e igualdad sanitaria). Las enfermeras también tendrán que formarse para atender a una población cada día más diversa, desarrollar nuevos roles profesionales, saber actuar en ambientes políticos dinámicos, liderar los cambios, consolidar la colaboración interprofesional y adaptarse a las nuevas tecnologías de la salud numérica.

Efectivamente, Yañez (6) señala que las instituciones académicas deberán integrar programas de formación que faciliten la adaptación de los estudiantes de enfermería a las nuevas tecnologías de salud numérica y asociarlas al cuidado. Para Benavente-Rubio, (7) el desarrollo y la actualización de estos programas siguen siendo limitados y el rol de enfermería en la salud numérica sigue estando indefinido. Señala que las enfermeras son la piedra angular del sistema sanitario y conocen los retos y desafíos del cuidado. Sin embargo, siguen estando ausentes de los equipos que desarrollan las tecnologías sanitarias. Benavente-Rubio concluye que las enfermeras son esenciales para repensar la sanidad digital para adaptarla a las necesidades de la práctica clínica y de la población. (7)

En realidad, la formación de las enfermeras abarca diferentes ámbitos: la investigación, la gestión, la política, la práctica clínica y la innovación tecnológica, porque estos ejercen una repercusión importante en las funciones y en los roles actuales y a futuro de enfermería. Por ejemplo, su rol en investigación es fomentar la producción y la difusión de artículos científicos y utilizar la evidencia científica para guiar las decisiones clínicas. Su rol en gestión consiste en ejercer un liderazgo organizacional y estratégico en la orientación de las organizaciones de salud. Su rol en política requiere un compromiso activo con la elaboración de las políticas públicas para mejorar la calidad de los cuidados, los servicios de salud y las condiciones laborales de las enfermeras. Su rol en la práctica clínica exige integrar los diferentes conocimientos de enfermería (científicos, estéticos, personales, éticos y sociopolíticos) para dispensar cuidados holísticos, humanistas y equitativos. (8) Y, por último, su rol en la innovación tecnológica implica la integración de herramientas numéricas para agilizar la atención y el cuidado de enfermería a la población. (6, 7)

De hecho, la formación en enfermería es un vector crucial para aumentar la reactividad de las organizaciones —y, por ende, de los sistemas de salud— a las necesidades complejas de la población.

En conclusión, en este momento del siglo XXI creemos que es importante que las enfermeras y la profesión de enfermería sigan desarrollando las estrategias para ocupar un lugar preponderante a nivel organizativo, político, social y tecnológico. Para ello, las enfermeras deben interesarse e involucrarse en los grandes temas de la actualidad. En estos tiempos de globalización, la importancia de programas de formación académicos, incluyendo la practica avanzada de enfermería, que preparen a las enfermeras para tomar en consideración los desafíos sociales, la salud numérica, el medio ambiente y los movimientos migratorios son aún más urgentes, porque la salud es política.(3) Sin embargo, estos programas deben actualizarse para formar a las enfermeras a ejercer un liderazgo clínico, organizacional y estratégico que les permitan participar plenamente en las decisiones en un contexto de grandes cambios sociales, tecnológicos, ambientales y políticos.

 

 

Referencias bibliográficas:

1. Souza A. La formación en enfermería y el desarrollo socioeconómico en América latina 1850-1950. Revista de Administracion Sanitaria Siglo XXI. 2003;1(4):555-573.

2. Lizarraga Amilibia B, González Luis H, Elizondo Rodríguez N. Programas de formación para enfermería en participación y toma de decisiones políticas. Tesela, Liderazgo Y Gestión. 2023;30:e14205. Disponible en: https://ciberindex.com/c/ts/e14205

3. Nazon E. Formation Infirmière au Canada: Enquêtes, Réformes et État-providence. Quality Advancement in Nursing Education - Avancées en formation infirmière. 2020;6(2):Article 9. doi: 10.17483/2368-6669.1244

4. Kavanagh J, Sharpnack P. Crisis in Competency: A Defining Moment in Nursing Education. The Online Journal of Issues in Nursing. 2021;26(1): Manuscript 2. doi: 10.3912/OJIN.Vol26No01Man02

5. Wakefield MK, Williams DR, Le Menestrel S, Flaubert JL, editores. The Future of Nursing 2020-2030: Charting a Path to Achieve Health Equity. Washington DC: The National Academies Press; 2021. https://doi.org/10.17226/25982

6. Yañez DMA. Enfermería en América Latina: una mirada al horizonte. Avances en enfermería. 2015;33(2):295-305. doi: 10.15446/av.enferm.v33n2.37032

7. Benavente-Rubio A. El rol de enfermería en la salud digital: oportunidades y desafíos para la ciencia del cuidado. Revista Médica Clínica Las Condes. 2022;33(6):598-606. doi: 10.1016/j.rmclc.2022.11.004

8. Pepin J, Ducharme F, Bourbonnais A. La pensée infirmière. 5ª ed. Montreal: Chenelière Éducation; 2024.

 

 

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Editorial

 

Updating Nursing Education Programs in Response to the Challenges of the 21st Century

Actualizando los programas de educación en enfermería en respuesta a los desafíos del siglo XXI

Atualizando programas de educação em enfermagem em resposta aos desafios do século XXI

 

Evy Nazon1  ORCID 0000-0002-0638-1241

Marcela Ferrada-Videla2  ORCID 0000-0002-7613-6233

 

1 Université du Québec en Outaouais, Canada, evy.nazon@uqo.ca         

2 Université de Montréal, Canada

 

 

In an article published in 2003 by Souza, (1) nursing and public health advisor for the Pan American Health Organization (PAHO), the author reviews the key moments in the development of nursing education in Latin America. Souza highlights three important moments in the social formation of nurses: 1) the secularization of health care —which marked the beginning of programs in countries that historically broke the ties between the State and the Church and reformed the health system by expelling religious orders from health care— and the modernization of health care services resulting from the scientific advances of the late 19th and early 20th centuries; 2) the public health movement, and 3) expansion of university programs in Latin America. Souza concludes that the training of nurses in that region reflects the unequal and heterogeneous socioeconomic development of the different Latin American countries, and that neither the on-the-job training implemented at the beginning of the 20th century, nor the educational system organized thereafter, created the necessary conditions for their full professional development, for their more effective participation in influencing the prevailing health conditions in the region, and, according to Lizarraga Amilibia, (2) for their ability to take part in political decisions within the health system.

In some other countries, such as Canada, nursing education was also marked by moments of great and slow change. It took several years to move from hospital-based training by nuns to the evaluation of nursing programs with a rigorous accreditation process of academic institutions to improve quality standards. (3)

Recent evidence suggests continued loss of ground in the education of nursing students in an era of rapid and radical change. According to Kavanagh y Sharpnack, (4) the initial competencies expected of nursing students are declining at an alarming rate, and this has been exacerbated by the impact of the COVID-19 pandemic. Wakefield and col. (5) point out that in the next decade it will be essential for nursing education to evolve rapidly so that nurses are able to respond to the contemporary challenges posed by the social determinants of health (e.g., complexity of care, aging population, increase in mental health and chronic diseases, health prevention and promotion of health equity and equality). Nurses will also have to be trained to care for an increasingly diverse population, develop new professional roles, know how to act in dynamic political environments, lead change, consolidate interprofessional collaboration and adapt to new digital health technologies.

Indeed, Yañez (6) points out that academic institutions should integrate training programs that facilitate the adaptation of nursing students to new digital health technologies and associate them with nursing care. For Benavente-Rubio, (7) the development and updating of these programs remain limited and the role of nursing in numerical health remains undefined. She points out that nurses are the cornerstone of the healthcare system and know the challenges and challenges of care. However, they are still absent from the teams developing healthcare technologies. Benavente-Rubio concludes that nurses are essential in rethinking digital health to adapt it to the needs of clinical practice and the population. (7)

In reality, nursing education encompasses different areas: research, management, policy, clinical practice and technological innovation, because these have an important impact on current and future nursing functions and roles. For example, their role in research is to encourage the production and dissemination of scientific articles and to use scientific evidence to guide clinical decisions. Their role in management is to exercise organizational and strategic leadership in guiding healthcare organizations. Their role in policy requires active engagement in the development of public policies to improve the quality of care, health services and working conditions for nurses. Its role in clinical practice requires the integration of different nursing knowledge (scientific, aesthetic, personal, ethical and socio-political) to provide holistic, humanistic and equitable care. (8) Finally, its role in technological innovation involves the integration of numerical tools to streamline nursing attention and care to the population. (6, 7)

In fact, nursing education is a crucial vector for increasing the reactivity of organizations —and thus, of health systems— to the complex needs of the population.

In conclusion, at this moment of the 21st century, we believe it is important that nurses and the nursing profession continue to develop strategies to occupy a leading position at the organizational, political, social and technological levels. To do this, nurses must be interested and involved in the big issues of the day. In these times of globalization, the importance of academic training programs, including advanced nursing practice, that prepare nurses to take into consideration social challenges, numerical health, the environment, migratory movements, are even more urgent because health is political. (3) However, these programs must be updated to train nurses to exercise clinical, organizational and strategic leadership to enable them to participate fully in decisions in a context of major social, technological, environmental and political changes. 

 

 

Bibliographical references:

1. Souza A. La formación en enfermería y el desarrollo socioeconómico en América latina 1850-1950. Revista de Administracion Sanitaria Siglo XXI. 2003;1(4):555-573.

2. Lizarraga Amilibia B, González Luis H, Elizondo Rodríguez N. Programas de formación para enfermería en participación y toma de decisiones políticas. Tesela, Liderazgo y Gestión. 2023;30:e14205. Available from: https://ciberindex.com/c/ts/e14205

3. Nazon E. Formation Infirmière au Canada: Enquêtes, Réformes et État-providence. Quality Advancement in Nursing Education - Avancées en formation infirmière. 2020;6(2):Article 9. doi: 10.17483/2368-6669.1244

4. Kavanagh J, Sharpnack P. Crisis in Competency: A Defining Moment in Nursing Education. The Online Journal of Issues in Nursing. 2021;26(1): Manuscript 2. doi: 10.3912/OJIN.Vol26No01Man02

5. Wakefield MK, Williams DR, Le Menestrel S, Flaubert JL, editors. The Future of Nursing 2020-2030: Charting a Path to Achieve Health Equity. Washington DC: The National Academies Press; 2021. https://doi.org/10.17226/25982

6. Yañez DMA. Enfermería en América Latina: una mirada al horizonte. Avances en enfermería. 2015;33(2):295-305. doi: 10.15446/av.enferm.v33n2.37032

7. Benavente-Rubio A. El rol de enfermería en la salud digital: oportunidades y desafíos para la ciencia del cuidado. Revista Médica Clínica Las Condes. 2022;33(6):598-606. doi: 10.1016/j.rmclc.2022.11.004

8. Pepin J, Ducharme F, Bourbonnais A. La pensée infirmière. 5ª ed. Montreal: Chenelière Éducation; 2024.